Forma: Candida albicans puede presentar dos formas morfológicas principales: levaduras unicelulares y formas filamentosas (hifas o pseudohifas). La levadura tiene una forma redondeada y es más común en condiciones normales, mientras que las formas filamentosas pueden invadir tejidos y son características de infecciones más graves.
Tamaño: Las levaduras de Candida albicans suelen medir entre 4 a 6 micrómetros de diámetro, mientras que las hifas pueden ser mucho más largas y varían en grosor.
Coloración: En cultivos, Candida albicans puede aparecer como colonias blancas a cremosas.
Reproducción asexual: Candida albicans se reproduce principalmente por gemación, donde la levadura produce brotes a partir de la célula madre. Estas gemas se separan para formar nuevas levaduras.
Formación de hifas: En condiciones adecuadas, como en ambientes ricos en nutrientes y en presencia de temperaturas corporales elevadas, Candida albicans puede formar hifas y pseudohifas, que invaden los tejidos y contribuyen a la patogenicidad.
Cambio dimórfico: El cambio entre las formas de levadura y filamentosas es un factor importante en la capacidad de Candida albicans para causar infecciones.
Higiene personal. Uso de antifúngicos recetados por un profesional de la salud. Control de condiciones preexistentes como la diabetes. No usar antibióticos sin supervisión médica ya que pueden dañar la flora normal del cuerpo y permitir crecimiento de hongos. Usa ropa interior de algodón, evita la humedad excesiva. Consulta a un médico. Desinfección de ambientes y superficies con desinfectantes de uso profesional.